Por Iván Guevara
Sinopsis: La historia está ambientada en un futuro donde los viajes de exploración espacial son el pan de cada día. Los astronautas ya no son considerados héroes ni tratados con honores. La mayoría de ellos son parias, aventureros sin nada que perder que se lanzan al cosmos tal vez en busca de una respuesta metafísica a sus propias existencias vacías.
El capitán Burton Whateley es parte de la tripulación del Argos, una nave con la misión de explorar el cuadrante espacial 302-A-6. Es antisocial y violento (aunque estas características de su personalidad no llegan a mostrarse por completo en las escasas páginas de la novela).
Burton tiene algunos roces personales con Barkin, el comandante de la nave, un tipo duro y autoritario que no permite las relaciones personales entre sus subordinados. Burton se enamora de Elizabeth McIntire, una de las dos mujeres de la tripulación, y desoirá las órdenes de su comandante para comenzar lo que parecería ser un idilio, durante el viaje.
De pronto, los mandos del Argos dejan de funcionar y la nave se interna, a la deriva, en una tormenta de electricidad estática para luego caer en un planeta desconocido.
El planeta tiene una atmosfera densa y sofocante y todos los aparatos de la nave están inutilizados. Sin poder moverse ni pedir ayuda, todo parece indicar que la tripulación ha encontrado su tumba allí.
Sin nada que perder, salen a explorar el planeta y encuentran las ruinas de una antigua ciudad abandonada hace milenios. Allí, entre el polvo y la niebla, una presencia fantasmagórica parece abarcarlo todo. La desolación se apodera de ellos cuando se topan con el esqueleto calcinado de un astronauta, parte de una expedición anterior.
Forsythe, uno de los miembros de la tripulación, parece enloquecer, como poseído por una entidad invisible, y Barkin debe disparar contra él cuando intenta asesinar a Burton.
Cuando regresan al Argos, Burton comienza a tener extrañas pesadillas, ambientadas en ninguna parte, en el caos del comienzo de los tiempos... Pero ¿cuál es realmente la pesadilla y cuál la realidad?... En aquel planeta perdido, aislado del resto del Universo, habitan los Primigenios, terroríficos dioses nacidos de la oscuridad que había antes del principio...
Comentario: Lem Ryan describe con mano maestra ese terrorífico mundo, basado en los Mitos de Cthulhu. A pesar de no ser yo un conocedor de la obra de H.P. Lovecraft, Sombras del caos ha logrado —por sus propios méritos— sumirme en la angustia que experimentan los personajes.
La novelita combina los géneros del terror y la ciencia ficción, sin caer en la tentación de convertirse en una aventura espacial. La historia que se cuenta es apenas anecdótica, la fuerza del texto está en la descripción de los ambientes más que en la acción (que también existe, en su justa dosis). Creo que esta obra es una evolución más madura de La nave maldita, publicada por Ryan un año antes, en la misma colección. Apenas 18 años tenía el autor cuando escribió Sombras del caos, el bolsilibro con la historia más original de cuantos he leído hasta hoy.
Editorial Bruguera obligó a cambiar el final de esta novela (cosa que se nota). Hace unos años, en la revista Delirio Nº9, Ryan volvió a publicar Sombras del caos, con el final que había planeado originalmente. Quien esté interesado, puede adquirir la revista en la tienda de Cyberdark.
Autor: Lem Ryan (Francisco Javier Miguel Gómez)
Cubierta: Luis Almazán
Colección: Héroes del Espacio
Número: 213
Editorial: Bruguera - Año: 1984
Páginas: 96 - PVP original: 60 ptas.
Valoración: *****
Sinopsis: La historia está ambientada en un futuro donde los viajes de exploración espacial son el pan de cada día. Los astronautas ya no son considerados héroes ni tratados con honores. La mayoría de ellos son parias, aventureros sin nada que perder que se lanzan al cosmos tal vez en busca de una respuesta metafísica a sus propias existencias vacías.
El capitán Burton Whateley es parte de la tripulación del Argos, una nave con la misión de explorar el cuadrante espacial 302-A-6. Es antisocial y violento (aunque estas características de su personalidad no llegan a mostrarse por completo en las escasas páginas de la novela).
Burton tiene algunos roces personales con Barkin, el comandante de la nave, un tipo duro y autoritario que no permite las relaciones personales entre sus subordinados. Burton se enamora de Elizabeth McIntire, una de las dos mujeres de la tripulación, y desoirá las órdenes de su comandante para comenzar lo que parecería ser un idilio, durante el viaje.
De pronto, los mandos del Argos dejan de funcionar y la nave se interna, a la deriva, en una tormenta de electricidad estática para luego caer en un planeta desconocido.
El planeta tiene una atmosfera densa y sofocante y todos los aparatos de la nave están inutilizados. Sin poder moverse ni pedir ayuda, todo parece indicar que la tripulación ha encontrado su tumba allí.
Sin nada que perder, salen a explorar el planeta y encuentran las ruinas de una antigua ciudad abandonada hace milenios. Allí, entre el polvo y la niebla, una presencia fantasmagórica parece abarcarlo todo. La desolación se apodera de ellos cuando se topan con el esqueleto calcinado de un astronauta, parte de una expedición anterior.
Forsythe, uno de los miembros de la tripulación, parece enloquecer, como poseído por una entidad invisible, y Barkin debe disparar contra él cuando intenta asesinar a Burton.
Cuando regresan al Argos, Burton comienza a tener extrañas pesadillas, ambientadas en ninguna parte, en el caos del comienzo de los tiempos... Pero ¿cuál es realmente la pesadilla y cuál la realidad?... En aquel planeta perdido, aislado del resto del Universo, habitan los Primigenios, terroríficos dioses nacidos de la oscuridad que había antes del principio...
Comentario: Lem Ryan describe con mano maestra ese terrorífico mundo, basado en los Mitos de Cthulhu. A pesar de no ser yo un conocedor de la obra de H.P. Lovecraft, Sombras del caos ha logrado —por sus propios méritos— sumirme en la angustia que experimentan los personajes.
La novelita combina los géneros del terror y la ciencia ficción, sin caer en la tentación de convertirse en una aventura espacial. La historia que se cuenta es apenas anecdótica, la fuerza del texto está en la descripción de los ambientes más que en la acción (que también existe, en su justa dosis). Creo que esta obra es una evolución más madura de La nave maldita, publicada por Ryan un año antes, en la misma colección. Apenas 18 años tenía el autor cuando escribió Sombras del caos, el bolsilibro con la historia más original de cuantos he leído hasta hoy.
Editorial Bruguera obligó a cambiar el final de esta novela (cosa que se nota). Hace unos años, en la revista Delirio Nº9, Ryan volvió a publicar Sombras del caos, con el final que había planeado originalmente. Quien esté interesado, puede adquirir la revista en la tienda de Cyberdark.
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